Mi experiencia en la Transvulcania 2015
Este año acudí a la carrera con un programa diferente al que había realizado anteriormente.
Sin lugar a dudas, empezar en la salida de Fuencaliente es un buen comienzo pues es un lugar fantástico para realizar fotografías en la magia de ese increíble momento. Y a partir de ahí, acudir a otras zonas.
Pero algo me decía en mi interior que este año necesitaba buscar otra cosa. Algo nuevo para mi.
En este sentido intenté explorar momentos diferentes como eran la bajada de los primeros corredores por el sendero del Time, al mediodía y, sobre todo, las últimas horas de la tarde en el Barranco de Las Angustias con los corredores más desconocidos.
Y así lo hice. Para mi fue una Transvulcania en la que pude combinar familia y fotografía.
Con respecto a la bajada del Time, acudí con el compañero José de Haro y nos situamos en el inicio de la impresionante bajada por el risco del Time.
Por allí pasó el primer corredor Juan Alberto Herrando, sobre las 11:18 de la mañana, que es un tiempo de superhombres pensando en todos los kilómetros y desnivel acumulados hasta ese punto.
Pero nuestra mayor sorpresa fue la ventaja que acumulaba sobre el siguiente corredor, que pasó por la zona a las 11:42, 24 minutos después.
A partir de ahí, se fueron sucediendo a modo de cuentagotas los distintos participantes y me sorprendía que corredores que años antes estaban en posiciones más elevadas, en esta ocasión acumularan una clara desventaja con el que sería a la postre el vencedor, como fue el caso de Dakota Jones.
Posteriormente, por la tarde, asistí a la zona de meta donde intenté captar el ambiente. Siempre la meta es una fuente inagotable de historias de superación y emoción. Después del cansancio acumulado, las emociones se desbordan, sobre todo, cuando se realiza en compañía de la familia.
La luz no era la adecuada en la recta de meta si me situaba en el stand de prensa. Pero pude pasear por la zona de recuperación y vi caras exhaustas pero vi muchas caras de alegria por haber ternimado la dura carrera.
También realicé alguna foto utilizando la técnica del barrido y me gustó mucho el resultado.
Un poco más tarde, acudía al barranco de las angustias pues me parecía que esa era la parte más dura de la carrera, sobre todo para los corredores anónimos que acumulaban más de 12 horas en sus piernas.
Ahi pude contemplar un rescate en helicóptero en el Barranco de Las Angustias.
Ya en el barranco, fue emocionante como, al verme, cada participante entonaba un ¡gracias!, como queriendo decir ¡gracias por acordarte de mi!
Creo que para mi esa fue la mejor experiencia y valga esas pocas fotos que hice en esa zona como homenaje a los corredores que no acaparan titulares de prensa, gente normal como tu y como yo, con sus trabajos y sus familias pero que con toda su ilusión aceptan el increible reto de la Transvulcania.
Para mi es ese el gran logro de la Transvulcania. El haber conseguido que cientos, miles de palmeros y de fuera de la isla, se echen al monte a practicar este sano deporte.
¡Viva la Transvulcania!
Fotos:
Muy bueno el escrito, demuestra que además de fotos hay que poner/tener sentimientos.
Las fotos geniales
Gracias Tomás.