Después del parón veraniego, retomamos la sección de ENCUENTROS con una nueva entrega. en esta ocasión Jorge Martín Martín, hasta hace poco, secretario de Afoto La Palma, y actualmente uno de los responsables del área de Docencia de la asociación.
Jorge Martín Martín nace en Santa Cruz de La Palma, en la isla de La Palma, en el año 1974, donde reside hasta los 18 años, cuando se traslada a Tenerife para cursar los estudios universitarios de Enfermería.
Tras terminarlos y trabajar unos años allí, regresa a la Palma en el año 2000 y desde entonces ha permanecido en Breña Alta, donde reside con su familia.
En la actualidad trabaja en el Equipo Asistencial de Cuidados Paliativos del Área de Salud de La Palma y compagina su trabajo con sus otras aficiones: Fotografía, lectura, música, bricolaje, docencia en temática sanitaria y un largo etcétera.
¿Cómo son tus inicios en la fotografía? ¿Cuándo empezaste a hacer fotografías y por qué?
Mi trayectoria fotográfica es corta y totalmente “digital”. Aunque siempre me había llamado la atención la fotografía y por mis manos pasaron varias de las primeras cámaras compactas desde el inicio de la “era digital”, no fue hasta el 2008, cuando tras ver la de un amigo, me compré mi primera DSLR: una Canon 400D, animado sobre todo por el reciente nacimiento de mi hija.
¿Cómo ha sido tu formación fotográfica (autodidacta, estudios,..)?
Diría que en un 90% ha sido autodidacta. Tras el “shock” inicial del manual de la cámara, me volqué en internet en busca de conocimientos. En aquella época ya había excelentes recursos formativos fácilmente accesibles.
Posteriormente he ido ampliando mi formación con libros especializados y a raíz del relanzamiento de la Asociación Fotográfica Afoto La Palma, he intentado participar de todas las actividades formativas con fotógrafos de renombre que han ido desfilando por dicha Asociación. También los intercambios de conocimientos y habilidades adquiridos a través de los compañeros de afición han ido conformando poco a poco mi “yo fotográfico” en la actualidad.
Todo fotógrafo ha tenido sus maestros ¿Cuáles han sido tus mayores influencias a la hora de dedicarte a la fotografía?
Muchos y muy variados. En la actualidad es muy sencillo acceder a la obra de fotógrafos “históricos” y otros que sin ser muy populares guardan enormes tesoros en sus galerías personales. Por citar a algunos de los que siguen maravillándome, estarían Annie Leibovitz, Helmut Newton, Christine Lebrasseur, Jose Benito… La lista sería interminable.
Si tuvieras que elegir un género fotográfico (retrato, paisaje, deportes,…), ¿con cual te quedarías?
Sin duda el retrato tiene algo que me atrapa por encima de cualquier otra temática, también el paisaje aunque no necesariamente el de grandes espacios abiertos.
¿Cuál es el mejor momento que te ha proporcionado la fotografía? ¿Cuál es tu fotografía preferida de todas las que has tomado a lo largo de tu vida?.
Varias veces, retratando personas he sentido como llegaba la foto buscada. Es como un climax que sientes que se va acercando y sabes que has conseguido “esa foto” antes incluso de verla en la pantalla posterior de tu cámara. No es algo frecuente, pero siempre es un auténtico “subidón”.
Fotografías preferidas hay muchas, pero supongo que varias tomadas a mi hija. Es lo que tiene ser un “padre fotógrafo”.
¿Una buena fotografía se busca o se encuentra?
Diría que la mayor parte de las buenas fotografías son buscadas de forma activa por el fotógrafo. Esto creo que es aplicable a cualquier género. En el retrato es necesaria una complicidad previa entre fotógrafo y modelo, en la fotografía social la anticipación es imprescindible, en el paisaje el lugar en el que plantes la cámara cambia totalmente la historia contada. Cualquiera puede conseguir una buena foto “de casualidad”, cuando el porcentaje de buenas fotos aumenta, ahí hay un trabajo detrás.
¿Desde cuándo disparas en digital y como ha sido el proceso de migración a esta tecnología?
Como ya comenté al inicio de la entrevista, siempre he disparado en digital. Para mi los químicos y la bombilla roja son parte del “flolclore” de este arte y nunca he llegado a experimentarlos.
¿Con que equipo trabajas actualmente?
Soy canonista. Utilizo una EOS 5D MarkIII, 5DMarkII, una EOS 550D y varios objetivos de Canon y Samyang.
¿Qué opinas del retoque fotográfico?
El retoque fotográfico es una herramienta para contar una historia, algunas pueden necesitar su uso y otras incluso la perjudican.
Cualquier retoque debería partir de una imagen de calidad, poderosa, que ya es buena inicialmente.
¿Qué fotografía te gustaría haber tomado que todavía no has podido captar?
Actualmente llevo una temporada en que no estoy fotografiando mucho porque otras cuestiones me tienen “atrapado”. Cada sesión es un reto emocionante y cuando tras una sesión, vuelves a casa con alguna imagen que te emociona ya desde el visor es un aliciente para la siguiente. Esa es la que me gustaría captar: La que vuelva a emocionarme viéndola ya a través de la cámara.
¿Cómo ves el futuro de la fotografía?
Me temo que lo veo lleno de filtros de colorines, 3D, accesorios varios cada vez menos relacionados con la fotografía y automatismos que harán que la cámara decida por nosotros. Es lo que tiene la popularización de una actividad antes restringida a algunos “sacrificados” que debían formarse y practicar duramente para “domesticar” los equipos fotográficos. De cualquier modo, siempre habrán fotógrafos que destaquen por encima de la simple instantánea y que serán recordados. Lo difícil será cribarlos entre tanta exposición a imágenes como estamos hoy en día.
¿Qué páginas web visitas regularmente?
Muchísimas: Flickr, Xatakafoto, DevianArt, Quesabesde, y un largo etc.
¿Cuáles consideras que son las cualidades que definen a un buen fotógrafo?
Perseverancia, educación visual, formación y espíritu de superación.
Por último ¿Qué consejo darías a los aficionados a la fotografía?
Que vean fotografías de otros autores, que lean libros, que vean cine, que vivan, coman y respiren fotografía cada día hasta que la cámara sea una extensión de su cuerpo y sean capaces de fotografiar “sin cámara” lo que vean a su alrededor, directamente con su mente. El paso siguiente será interponer esa “herramienta” con botones y ruedecitas entre su mente y su sujeto y hacer “click”. La verdadera fotografía la habrán hecho antes.